sábado, 7 de febrero de 2009

Querida patria tercermundista:

Esto del "tercermundismo" es un término impuesto por los amos del norte y aunque estoy de acuerdo en que los paises de latinoamérica y de otras latitudes aun menos favorecidas tienen muchos escollos en común por superar(no entremos en detalles ,porque nos faltarían megabytes); deseo sin embargo compartir con los lectores lo que en algunas ocasiones(de esas en que te tornas irreverente y criticón, contagiandote de un espiritu adolescente que a todo dice "sueltame en banda")pienso al respecto: no me importa en absoluto.
Antes, en los últimos años de la secundaria y cuando iba en los primeros semestres de la universidad, me rompía el caco tratando de encontrar las causas de nuestro "subdesarrollo" y las posibles soluciones al mismo(que no consistieran en seguir siendo consumidores masivos de tecnología que no producimos); en ocasiones, incluso llegué a concebir el desarrollo de un país como "golpe de suerte", movido por los males y deficiencias que le atribuía al sistema de gobierno del "uncle Sam" y a toda la sociedad norteamericana, males y deficiencias que en muchos casos coinciden con las nuestras y sin embargo, ellos al contrario de nosotros, habitan un país "desarrollado" y "primermundista", en otras ocasiones me engañaba amí mismo diciendome que se debía a nuestra escasa población y extensión territorial. Es claro, por otro lado, que si cambiamos nuestros hábitos de consumo y nos preocupamos por elevar nuestros indicadores económicos y nuestro nivel educativo, focalizar el gasto social, transparentar nuestras instituciones públicas, bla,bla,bla,............,alcanzaremos algún día el tan cacareado desarrollo; mas, esta labor de titanes necesita el compromiso y esfuerzo mancomunado de todos los sectores de nuestra sociedad y sobra decir, además, que nos tomaría años.
Pero independientemente de cuales sean las causas y las posibles soluciones a nuestro subdesarrollo, existe un deber que siempre hemos de cumplir con nuestra patria: amarla; en estos momentos sería capaz de gritar a voz en cuello que amo a mi país con todo y sus calles sucias e inundadas,con todo y sus apagones de hasta 8 horas, con todo y sus frituras en las esquinas, con todo y sus pedigueños, con todo y sus mercados arrabalizados, con todo y sus escuelas sin butacas, con todo y sus hospitales sin camas, con todo y sus puentes caídos y caminos vecinales polvorientos, con todo y sus chiquillos dezcalzos, desnutridos y mal escolarizados......yo te amo profundamente, querida patria tercermundista!.
Nuestro pequeño rincón del mundo es hermoso, con una belleza a la cual se rindió incluso el "grande" y "egregio" almirante de la mar océano; en ocasiones pienso entre mí al ver ciertas "cosillas", "si hubiera nacido en otra playa, bastante lejos de esta"; pero cuando repaso las emocionantes páginas de nuestra historia, llenas de valor, patriotismo y entrega, como ningún otro pueblo las ha sabido escribir, entonces me siento orgulloso, más que nunca de mi gentilicio.
En la vispera de su partida a tierras de oriente, Alejandro Magno, recibió de su maestro Aristóteles este consejo: " Tu condición de emperador te hará viajar por varias tierras y reinos de los cuales sin duda te maravillarás, pero vayas donde vayas, jamás debes olvidar que eres un griego"; no nos lograremos quitar lo dominicano, no importa donde emigremos.

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